Una nueva visión para la democracia y los derechos humanos

El concepto de “Democracia”, entendida como forma de organización política caracterizada por el equilibrio de poderes en los ámbitos jurídico, político, económico y cultural, inspirada en la preservación y cumplimiento del conjunto de los derechos individuales, colectivos y ambientales, la autodeterminación nacional, la soberanía de los pueblos y la protección colectiva de la madre Tierra, se caía a pedazos en medio de la pandemia del neoliberalismo. El contexto de crisis global del capitalismo y la amenaza de una conflagración bélica de gran calado, agrava el panorama aún más. 

Por: Alfonso Morelo de la Ossa

Asociación Sindical de Profesores Universitarios ASPU, Huila

La rapiña de las grandes potencias económicas por la apropiación, control y usufructo de las cada vez más insuficientes riquezas naturales, mercados y recursos energéticos, necesarios para sostener el consumismo propio del neoliberalismo, además de hacer añicos la democracia burguesa está a punto de desencadenar una guerra de grandes proporciones entre los bloques imperialistas conformados por Estados Unidos y la Unión Europea, apoyados por la OTAN, contra Rusia y China. Esto, acelerará aún más la catástrofe climática global, con enorme riesgo para la supervivencia de la especie humana.

En un contexto internacional cada vez más crítico y de confrontación, la Nación colombiana se debate entre el continuismo neoliberal, caracterizado por las alianzas entre los sectores oligárquicos, terratenientes, ultra conservadores y mafiosos, para mantener el Estatu Quo, controlar el manejo del Estado, aún a costa de seguir violando TODOS los Derechos Humanos; y por otro lado la opción alternativa, con amplio respaldo popular, encarnada en Gustavo Petro y Francia Márquez, que busca dejar atrás décadas de sangre, dolor y sufrimiento colectivo para iniciar el camino del buen vivir, del respeto a los Derechos Humanos, y, para frenar la corrupción y la impunidad.

Entre tanto, la comunidad universitaria continúa esperando pasivamente que la alta dirección de la Universidad Surcolombiana, léase Consejo Superior Universitario, Consejo Académico, Comités de Currículo de Facultad y Central, Consejos de Facultad, Rectoría, Vicerrectorías académica, Administrativa, de Investigaciones y Proyección Social, asuman la responsabilidad histórica de interpretar el clamor de los miles de jóvenes, mujeres, campesinos, indígenas y demás sectores históricamente vulnerados de la región Surcolombiana, quienes durante lustros se han movilizado con el propósito de hacer realidad sus Derechos.

Valdría la pena preguntarle a la actual cúpula del poder universitario y al conjunto de la comunidad universitaria: ¿qué responsabilidad le cabe a la USCO como universidad pública de carácter nacional en la búsqueda de soluciones a los problemas que generaron la pasada movilización social del 28 de abril del 2021? ¿Es pertinente continuar ofreciendo programas académicos contrarios a las exigencias urgentes de la Madre Tierra como Ingeniería de petróleos en lugar de iniciar el tránsito hacia Ingenierías en Energías Alternativas? ¿Será posible evaluar y reformar la estructura curricular de programas como Derecho, Medicina, Licenciaturas y demás para que la USCO se transforme en la institución que, gracias a la formación integral de sus egresados, la investigación y la proyección social solidaria, lidere el pago de la abultada deuda social con miles de jóvenes, hombres y mujeres de la región y el país?

Desde la Asociación Sindical de Profesores Universitarios, ASPU – Huila, y con base en los aportes de la Cátedra Alexander Trujillo Bacca, invitamos a todas las organizaciones estudiantiles, de trabajadores, empleados y a las demás organizaciones de profesores a iniciar procesos de diálogo que nos permitan salir de la profunda crisis institucional.  Es necesario subvertir el concepto clásico y liberal del ultra individualismo que nos corroe y reconocernos como gestores colectivos de nuevas categorías de los Derechos Humanos. Una vez más invitamos a deponer los intereses de grupo y juntarnos para hacer de la USCO la Universidad de la vida, del cuidado, de la solidaridad con los sectores históricamente vulnerados.

Transformemos la crisis actual en oportunidad. Un mundo mejor es posible, solo si juntamos manos, mentes, corazones y almas. Superemos la mirada antropocéntrica, universalista y mercantilista que impera entre nosotros y avancemos hacia las relaciones de reciprocidad, solidaridad entre los pueblos y de complementariedad con los demás seres vivos que garanticen la supervivencia y la felicidad humana.

El faro que guie a la USCO será aquel que descolonice y des-mercantilice TODOS los Derechos, aquel que nos permita reconocernos como seres integrados, de manera profunda, a la salud de nuestra Madre Tierra”.

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