Con 174 años de existencia este colegio le ha dado a la región más de 25 mil bachilleres, entre los que han sobresalido gobernantes, líderes estudiantiles y sindicales, empresarios, académicos, sacerdotes; sus siete hectáreas, custodiadas por árboles centenarios y espesa vegetación, constituyen un pulmón para la ciudad; en el año 2006 fue declarado patrimonio histórico y cultural; su infraestructura, compuesta por tres bloques (A, B y C, el primero funciona parcialmente, el último está completamente cerrado) hoy constituye el reflejo del abandono estatal.
Por: Juan Guillermo Soto M.
Periódico Desde La U – Universidad Surcolombiana
“El Santa Librada era el colegio al que uno quería ir: tenía piscina, canchas grandes, árboles gigantescos”; “yo estaba en la banda de guerra del Salesiano, por allá en el año 95. La nuestra era una de las mejores; sin embargo, la de ellos sonaba con tal poder que uno la identificaba a manzanas de distancia. Creo que fue la primera banda en tener uniformes”; “yo era maestra interina y fui al Santa Librada a hacer unos cursos para formarme como maestra profesional, por allá en el sesenta; recuerdo sus salones grandes y frescos, como ningún otro colegio los tenía”; “las banderas. Las banderas de diferentes países pintadas en una de sus tapias. Papá aún no nos había regalado nuestra primera y única enciclopedia, pero nosotras ya sabíamos algunas cosas de geografía por esas banderas que veíamos todos los días, de camino a casa”; “uno de esos médicos de antes, de los primeros médicos que regresaron a su Neiva natal luego de estudiar en la capital, recuerdo que siempre decía: yo estudié en el glorioso Colegio Santa Librada”.
No hay neivano que no tenga alguna historia, imaginario o anécdota, en torno al Colegio Santa Librada. Es el colegio más antiguo de la ciudad. Pero lo que quizás desconoce la comunidad Neivana es que este gigante, con siete hectáreas de extensión y con casi mil estudiantes (contando los de sus otras dos sedes, la escuela Gavino Charry y la Martha Tello), hoy en día cuenta con una planta física en completo abandono y total deterioro. Un gigante casi en ruinas.
Su bloque C, que tiene 16 salones, oficinas y 4 baños, está cerrado dese hace tres años. Sus techos están casi en el piso; el único bloque que funciona en su totalidad es el B, el cual se restauró luego de un accidente ocurrido en el año 2019, en el que uno de sus techos se le vino encima a un curso, en plena clase; el bloque A tiene en funcionamiento la mitad de su capacidad; la piscina, desde hace varios años, se está llenando pero de hojas secas, moho y maleza; el restaurante escolar tiene grietas en sus paredes y su piso, incluso cuando está recién trapeado, luce tan percudido como si lo acabara de pisar medio colegio; la sala de profesores está en pésimas condiciones.
Para Carlos Fernando Manchola Reyes, rector del colegio, la mayor problemática del mismo es el estado de la infraestructura, la cual padece de un abandono estatal de por lo menos 20 años. “Son edificaciones muy grandes y antiguas que requieren mantenimiento anual, lo cual no se ha hecho. Esto conlleva a que toda la infraestructura vaya colapsando, o que las cosas cumplan su vida útil sin que sean renovadas o arregladas”, señaló el rector.
Actualmente está en curso el contrato 2158, liderado desde la oficina de Infraestructura Educativa de la Alcaldía de Neiva, con un monto de mil 146 millones de pesos, cuyo objetivo era la “Adecuación de baños, piscina, cerramiento exterior, andenes, redes hidrosanitarias, aprovechamiento forestal y obras complementarias en la Institución”. Como el dinero disponible no alcanzaba ni para la mitad de las adecuaciones objetadas, se determinó que las obras se enfocarían en adecuaciones de los bloques A y B. Dicho contrato inició el 11 de octubre del 2021. Se tenía previsto que durara 4 meses; sin embargo, hasta la fecha, mayo de 2023, las obras no han concluido. “Lo que se ha hecho es cambiar toda la cubierta del bloque A y B, que estaba en madera, una madera ya dañada”, aseguró Vladimir Iván Losada Conde, ingeniero interventor de la obra. ¿Qué falta? Ni más ni menos que el fluido eléctrico y la sala de profesores.
Para concluir con dichas obras, aseguran los ingenieros que las lideran, se espera una adición presupuestal de 350 millones de pesos con la que se estima arreglar el fluido eléctrico del bloque A, y arreglar la sala de profesores. Pasan los meses y la espera continúa. “Cada que preguntamos, nos dicen: esta semana ya dan razón… esta semana ya aprueban el CDP…”, pero aún nada.
Una obra arquitectónica olvidada
El bloque C, como obra arquitectónica, constituye la “joya de la corona” del colegio Santa Librada. Con sus 16 salones, oficinas, 4 baños, amplios corredores, patio central, es como otro colegio dentro del colegio. Tiene capacidad para albergar la mitad del total de estudiantes que hoy estudia en la Institución y que por lo pronto se reparte entre los bloques y salones que aún funcionan. Está cerrado desde el año 2019.
Para este bloque también se esperan recursos en pro de su adecuación; sin embargo, estos tienen otra lógica de ejecución diferente a la del bloque A y B. A comienzos del año 2021 salió una convocatoria del Fondo de los Embajadores de los Estados Unidos para la Preservación Cultural, cuya misión es preservar los patrimonios arquitectónicos y culturales en distintos lugares del Mundo. La oficina de Internacionalización de la Alcaldía de Neiva, liderada por Rafael Sánchez, aplicó a dicho fondo y quedó seleccionada con el proyecto de recuperación del bloque C del Colegio Santa Librada, para lo cual se destinaría un monto de mil 200 millones de pesos. Desde entonces, el proceso ha sido largo y, según Rafael Sánchez, con varios obstáculos, debido a los exigentes requisitos solicitados por dicha entidad extranjera.
El Colegio Santa Librada fue declarado Patrimonio Cultural en el año 2006. Esto quiere decir que cualquier adecuación que se le quiera hacer a su planta física debe tener un permiso del Ministerio de Cultura. Así se hizo desde el gobierno de Rodrigo Lara. Según Secretaría de Educación Municipal, en el año 2017 se solicitó ante el Ministerio de Cultura la resolución que permitiera la recuperación de la infraestructura de este colegio, la cual llegó solo hasta el 7 de octubre de 2019, a través de la resolución 3138. Para que esta fuera concedida, Infraestructura Educativa tuvo que hacer planos, levantamiento topográfico, arquitectónico, requisitos necesarios tanto para la intervención en los bloques A y B, como para el C.
Según Rafel Sánchez, el Fondo de los Embajadores de los Estados Unidos es muy riguroso con la exigencia de requisitos para el desembolso de recursos, “hasta que no se cercioraran que el colegio era realmente patrimonio cultural; y hasta que no se levantaran planos de la Institución y se demostrara que no tiene daños estructurales, entre otros requisitos, no se podía llegar al punto en el que ahora estamos: a la espera de que el fondo decida quién será el contratista, lo cual estimo que ocurra antes de julio”, señaló el funcionario y agregó que cuando eso pase, no llegará dinero a la Alcaldía, pues el Fondo de Embajadores contratará y supervisará directamente la obra.
Se debe resaltar que si bien hay un aval, por parte del mencionado Fondo de Embajadores, de que el proyecto fue aprobado, aún no se ha firmado un contrato que garantice el inicio y ejecución de las obras en el bloque C.
Ave Fénix
Como bien se ha señalado, los problemas de infraestructura que tiene el colegio son producto de un abandono estatal de por lo menos 20 años o más. Con el paso del tiempo la Institución ha tenido que ir cerrando, una a una, parte de sus instalaciones más preciadas, esas que muchos estudiantes de otros colegios anhelaban visitar: la piscina, el bloque C, sus escenarios deportivos…
Pero en medio de dichas carencias, el Colegio Nacional Santa Librada sigue procurando un alto vuelo, humano y académico, en medio de algunas de sus mencionadas ruinas: en las pruebas saber, desde el año 2015, vienen ocupando primeros puestos a nivel regional; sus diversos campos deportivos son restaurados y mantenidos por los mismos estudiantes y profesores; al tener el privilegio de contar con dos canchas de fútbol, estas son arrendadas a una escuela de fútbol, la cual mantiene la gramilla en buen estado y le permite el ingreso gratuito a algunos estudiantes de la Institución. El dinero del arriendo le sirve al colegio para cubrir algunos de sus gastos.
La Institución cuenta con una Banda de Paz (anteriormente conocidas como Bandas de Guerra). “Si bien nuestro plan de estudio no comprende un área de música, esta Banda de Paz se constituye como proyecto de formación complementaria para los y las estudiantes; les ayuda en su formación integral. Además, la banda nos permite participar en muchas dinámicas de la ciudad: día del idioma, fechas patrias, inauguraciones…”, resaltó la profesora Nadie López.
También se ha venido incentivando la investigación a partir de experiencias significativas con distintos semilleros; uno de ellos, llamado “Makecode en Tecnología e Informática como herramienta formativa en Matemáticas e Inglés, Programando y Evaluando”, integró las áreas de tecnología, inglés y matemáticas y ganó el primer lugar en el Foro Educativo Municipal 2021 “Aprendizajes y desafíos para el sistema educativo colombiano que retorna a la presencialidad en procura de la calidad y más y mejores oportunidades para niños, niñas y jóvenes”, con el que además participaron a nivel nacional en una convocatoria del Ministerio de Educación; “hemos ganado ferias departamentales de ciencia y tecnología, ferias ambientales… desde la integración de las áreas estamos promoviendo mucho el tema de la investigación”, agregó la profesora Nadia.
Movilización estudiantil
Cansados de una larga espera (años), el pasado 16 de mayo la comunidad estudiantil, con el apoyo de la junta de padres de familia y profesores de la Institución, entró a paro y realizó una movilización por toda la ciudad, hasta la Secretaría de Educación, en las Instalaciones de la Alcaldía de Neiva; allí, entregaron un pliego de peticiones a la Secretaria de Educación, Cecilia Losada de Fierro, documento que la funcionaria no quiso recibir porque no estaba radicado. En dicha reunión también hizo presencia la personera del colegio, Charol Daniela Herrera, quien previamente hizo un llamado al gobierno nacional y local: “tuvimos que cerrar varios salones porque se están cayendo, no tenemos piscina, la sala de profesores está dañada, muchos estudiantes se están yendo del colegio; algunos cursos, como el de los niños pequeños, están viendo clases en un quiosco”.
El compromiso de la Secretaría de Educación fue que en 15 días desembolsarían los recursos faltantes para terminar las adecuaciones de los bloques A y B; en cuanto al bloque C, si bien la comunidad libraduna sigue a la espera de los recursos del Fondo de los Embajadores de los Estados Unidos (aunque también puede pasar que esos recursos nunca lleguen), la Secretaría se comprometió a enviar un arquitecto para que realice un peritaje en dicho bloque y se determine un costo aproximado.
El viernes 19 de mayo, dos días después del cierre de esta edición, tendrá lugar una rueda de prensa convocada por el Colegio para seguir dando a conocer su problemática y, dependiendo del cumplimiento de los acuerdos por parte de la Secretaría de Educación, comunicar la continuidad o levantamiento del paro estudiantil.
Algo de historia
Si bien la información conocida por la comunidad Neivana manifiesta que el Colegio Nacional Santa Librada inició labores en el año de 1845, lo cual sugiere que actualmente cuenta con 178 años de existencia, las investigaciones del historiador huilense Jairo Ramírez Bahamón, consignadas en la revista HUILA, señalan otra cosa. De acuerdo con la información consultada en los archivos y documentos del siglo XIX y XX, el colegio inició labores el primero de enero de 1849. De igual forma, el historiador destaca que el colegio ha tenido 4 sedes, y no dos, como se conoce: 1). Un edificio propio que se ubicaba en la actual Plaza Cívica (carrera 3 con calle 7). Allí funcionó de 1849 a 1854. 2). En un edificio, ya demolido, donde actualmente queda el Banco de Bogotá, Cll 6 con carrera 5, (1866-1867). 3). En una casa ubicada en la Cll 4 con carrera 7 esquina, en donde hoy queda el Palacio de Justicia. Allí funcionó durante solo 6 meses. 4). En la sede actual, carrera 12 con Cll 5, desde 1945.