El joven fue detenido hace 36 años a la salida de su universidad por un escuadrón de la policía, fue llevado a un cuartel y desde entonces se desconoce su paradero.
Periódico Desde La U
En las instalaciones del auditorio Olga Tony Vidales de la Universidad Surcolombiana, la JEP a través de la Sección de Ausencia de Reconocimiento, organizó un evento especial para dignificar la memoria de Tarcisio Medina Charry, y otorgarle el título profesional que la guerra, la violencia estatal y la desaparición forzada le arrebataron. En el evento, asistieron los familiares del joven que, en la noche del 19 de febrero de 1988 desapareció.
Tarcisio Medina Charry tenía 20 años cuando fue desaparecido por agentes de la Policía a la salida de la Universidad Surcolombiana. Desde entonces, han pasado 36 largos años y ahora, su familia recibió de manos de la rectora Nidia Guzmán Durán, el diploma que lo acredita como profesional en Literatura en una ceremonia simbólica.

Magistrados de la JEP, directivas de la Universidad Surcolombiana, miembros de la Policía Nacional, asociaciones de personas desaparecidas, militantes de la UP y comunidad estudiantil, presentes en el homenaje póstumo llevado a cabo en el auditorio ‘Olga Tony Vidales’ de la Universidad Surcolombiana.
Caso emblemático
El joven Medina Charry desapareció el 19 de febrero de 1988. Salía de su universidad y unos agentes de la policía –escudados con una tanqueta– le solicitaron una requisa. Después de esculcar su bolso encontraron unos periódicos y elementos alusivos a la Unión Patriótica. Lo arrastraron hasta una celda y desde entonces su familia desconoce su paradero.
“El caso de desaparición de Tarsicio Medina Charry es uno de los casos más emblemáticos de nuestro Municipio, en torno a la violencia vivida en el marco del conflicto armado. El acompañamiento a este homenaje póstumo y acto restaurativo por parte de la Policía, significa romper con muchos misterios que existían alrededor de la desaparición de Tarsicio Medina. Estos actos simbólicos para el municipio de Neiva denotan la lucha incansable de las familias, pero también lo que para Neiva debe convertirse en una reconciliación”, indicó Jorge Lozano Mestre, secretario de Paz y Derechos Humanos.

En un acto significativo que resalta el compromiso con la verdad y la justicia, la Universidad Surcolombiana otorgó el grado póstumo a Tarcisio Medina Charry.
Entre tanto, Paola Medina Charry, hermana del estudiante Tarcisio Medina Charry, este grado póstumo tiene una gran importancia para honrar la memoria no solamente de Tarcisio, sino también la de su madre, María Marleny Charry, quien en el año 2020 falleció en medio de la pandemia del Covid-19.
De igual forma, piensan algunos sobrevivientes del genocidio de La UP que pudieron presenciar la ceremonia de graduación en la que la Policía Nacional pidió perdón por el crimen cometido.
“Nada justifica el daño causado, el cual ha generado pérdida de infinitas oportunidades, que hubiesen derivado de la persistencia y entusiasmo de un joven que dedicaba sus esfuerzos a proyectarse profesionalmente para servir a la sociedad de manera altruista”, afirmó el coronel Carlos Eduardo Téllez, Comandante de Policía del Huila.
Dolor y estigmatización
Es que la familia del joven, además de sufrir el dolor de la desaparición, padeció la estigmatización y la persecución por parte de organismos del Estado, tal como lo reveló la investigación adelantada por el magistrado Raúl Eduardo Sánchez, presidente de la Sección de Ausencia de Reconocimiento (Sarv) de la JEP, en el marco de la medida cautelar adoptada para proteger los derechos de las víctimas a la memoria.
“Cuando la familia pedía razón por su hijo desaparecido, la Policía respondía con cartas en las que los señalaban de guerrilleros. Sufrieron allanamientos, amenazas y graves afectaciones económicas debido a los costos y el tiempo invertido en la búsqueda”, señaló el magistrado en su informe final.
A su vez señaló, “estos actos de memoria, de dignificación, de reparación, de restauración, son importantes para decirle a todas las familias buscadoras que, además de que la JEP está contribuyendo en la búsqueda de personas dadas por desaparecidas, también estamos ejerciendo derechos fundamentales para ellos, como la memoria, la dignificación, y algo muy importante como lo es el reconocimiento, que es algo que ellos están buscando”, destacó el magistrado Raúl Sánchez, presidente de la Sección de Ausencia de Reconocimiento de Verdad (Sarv)
Y es que Tarcisio Medina, según cuenta una de sus hermanas, era un apasionado por los libros y lo que más le gustaba en la vida era leer a Gabriel García Márquez. Por eso decidió estudiar lingüística y literatura. Cuando ingresó a la Universidad decidió convertirse en militante de la Unión Patriótica.




Día histórico para la universidad
La rectora de la Universidad Surcolombiana, Nidia Guzmán Durán, destacó la importancia del evento y la incidencia que tendrá al interior de la universidad en las futuras generaciones en la defensa de la paz y la justicia social en favor de aquellos que han sido silenciados.
“Al otorgar este grado póstumo a la memoria de Tarcisio Medina Charry, en las manos de su familia y de su hermana Paola Medina Charry, reafirmamos nuestro compromiso con la memoria y la verdad”, la rectora de la Universidad Surcolombiana cerró su intervención con un reconocimiento especial a la familia Medina Charry.
Acto seguido, le fue entregado a Marly Jhoana Medina, el diploma póstumo que acredita a Tarcisio Medina Charry, como licenciado en lingüística y literatura de la Universidad Surcolombiana.
“Gracias a ustedes amigos universitarios que han mantenido vivo el nombre de Tarcisio Medina Charry; este grado póstumo, no solo es para nosotros como familia, sino también para ustedes, estudiantes de la Universidad Surcolombiana, que durante tantos años han mantenido la memoria de mi hermano presente” dijo Marly Jhoana Medina.
Perdón insuficiente
En el evento, asimismo, la Policía del departamento del Huila pidió perdón por haber sido protagonistas de la desaparición de Tarcisio. Este pedido obedece a los fines de verdad y justicia restaurativa de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP).
Aunque lo que la sucedió al joven ya se sabe parcialmente, para su hermana, Paola, aún falta el pedido más importante para obtener justicia: conocer el paradero de su allegado.
Según explicó la Comisión de la Verdad en el Informe Final, uno de los mayores anhelos cuando se habla de desaparición forzada es encontrar alguna pista sobre el paradero del ser querido.
Sin embargo, este anhelo es una cuenta pendiente para hablar de justicia, pues de acuerdo con la Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas (UBPD), tan solo se han encontrado cerca de 1.000 personas y poco más de 16 personas halladas con vida. Este es un verdadero reto, pues de acuerdo con las cifras de la Unidad, aún hay más de 111.000 personas que se encuentran reportadas como desaparecidas en el contexto de la guerra.
“Un perdón es muy difícil, y más cuando no está el cuerpo de Tarcisio”, explicó su hermana Paola.