Los días 2, 3 y 4 de junio la comuna 8 de Neiva fue protagonista de la “Tercera Minga Muralista, Pintando la historia en la 8”. La motivación principal de dicho evento, desde su primera versión, ha sido mantener vivo y caliente en los corazones de la comunidad el recuerdo de Francisco Vacca, más conocido en este sector como Pacho Vacca.
Por: Lorena Méndez, Estudiante de Lengua Castellana
Don Libardo, uno de los líderes de la comuna, recuerda a Pacho como un joven con grandes ideas en función del bienestar social a través del trabajo comunitario. Impulsado por dicha vocación solidaria, fue uno de los líderes fundadores de la Escuela Popular Claretiana, uno de los símbolos más sobresalientes de esta comuna.
Pacho era para la comunidad un engranaje que, al moverse, accionaba el movimiento de quienes lo rodeaban; un hombre cuyo final prematuro (que se comenta que su muerte no fue un accidente) truncó su trabajo social y comunitario, el cual desafortunadamente no contó con el reconocimiento que merecía, por el miedo que rondaba por aquel entonces entre sus pares.
Por eso, la Minga Muralista se proyecta en su memoria, para romper con el miedo infundado y que las nuevas generaciones puedan seguir los pasos de quien, alguna vez, quiso construir vida digna en aquel lugar. Doña Doris, una de las mujeres que acompañaron a Pacho en vida, y que fue retratada e inmortalizada en uno de los murales que se realizaron en la jornada, recalca la importancia y el sentido de la Minga, pues esta se realiza con el ideal de poder aportar algo a la comunidad desde el arte y la cultura, desde el amor y la resistencia, desde el compartir el sueño de algo mejor, alrededor de la olla que nos alimentó por esos tres días.

Al respecto Graciela Méndez, miembro de la Asociación Comunitaria para el Desarrollo Integral del Huila, Asocomith, afirmó que a través de estos espacios “nos podemos encontrar con las personas, ¡hace días que no nos encontramos de esta manera!; además, esta Minga también es buena porque permite que el sector se vea vivo, entonces uno ve gente que corre, que hace esto, lo otro, los murales en las calles, los niños felices, todo eso es bueno, es vida”.
Niños, jóvenes, adultos y adultos mayores, todos participaron de la Minga a través de las diferentes actividades culturales que tuvieron lugar: muralismo, danza, música, olla comunitaria, entre otras. Sus rostros, en especial el de los niños, reflejaban el gozo que genera la posibilidad del encuentro en el arte, el diálogo y la memoria en una zona completamente olvidada por el Estado.
Al respecto, Alejandra, nueva en la comuna, manifestó su gozo por participar de las actividades que tuvieron lugar en la Minga, porque “allá nunca hay nada para hacer y nos aburrimos todo el tiempo”, por eso no tuvo reparo en preguntarnos “¿y cuándo van a volver por acá?”, una simple pregunta a primera vista pero que contiene un anhelo, el de querer construir y luchar por sus sueños, de ver rostros pintados de alegría y corazones llenos de esperanza, el anhelo de abrir la ventana y tener un paisaje diferente.

Artistas invitados
La realización de los murales que se hicieron en el marco de dicha Minga contó con la participación de diferentes artistas locales (además de la intervención de niños y jóvenes del sector, quienes también ayudaron a pintar los murales). Cada uno de ellos realizó un mural que giraba en torno a una temática en particular[1]:
Rompida-Crak-Corpo: El carácter del mural es en honor a la fuerza de las mujeres, de cómo ellas caminan la tierra y andan con la vida en la mochila, en el vientre, en su ser; cómo las mujeres tienen esa posibilidad de que donde van andando, van dejando vida. Esto es honor a ellas, a las mayoras que siempre están adelante, dándole fuerza a todos los procesos.

Carlos Andrés Tapa-Muros: la temática que quise plasmar en este mural está relacionada con las movilizaciones sociales que se realizan en la comuna 8 reivindicando la vida digna. Quise plasmar la necesidad del agua y la gestión que ha tenido que hacer esta comunidad para tener este recurso; al principio tenían que ir a una quebrada y sacar agua para cocinar sus alimentos. En este sentido, la olla comunitaria ha sido un ejercicio de emprendimiento colectivo, sobre todo cuando surgen estas invasiones; este mural es también un homenaje a los distintos procesos que se tejen en el trabajo comunitario.
Yirli – Pinta: a mí me correspondió hablar de la historia de Doña Susana. Es un referente de lucha muy importante para el barrio y también para la lucha de las mujeres. Ella fue una mujer que durante toda su vida alimentó a la comunidad porque tenía un puesto de venta de comida, justo al lado de este mural; durante toda su vida estuvo trabajando en este territorio y también falleció en el mismo lugar. Este mural busca hacer un homenaje a doña Susana, su historia como mujer, mujer madre y que alimenta.
Jéfferson Montaño: me correspondió la temática “El sur se moviliza”. Lo que hice fue plantear la idea de cómo se fue formando el barrio, a través del trabajo comunitario de tantos años, y cómo llegó a ser lo que hoy es.
[1] Testimonios extraídos del corto documental La Comunidad de la 8.
