Posturas excluyentes e inequidades en la política de inclusión de la USCO

Por: Martha Cecilia Mosquera Urrutia

Hablar de posturas excluyentes e inequidades en una política de inclusión, no alude de manera particular a una persona, a un colectivo de personas o a un sistema; dado que nos hemos desarrollado en sistemas colonialistas en ocasiones nos resulta difícil reconocer las inequidades desde nuestros lugares de privilegio.

Mi interés por el tema nace por la necesidad de fundamentar teórica y prácticamente un discurso que posibilite la sensibilización de la comunidad surcolombiana, en especial del profesorado, para asumir una postura crítica e informada frente a los modelos coloniales que rigen los diferentes espacios de nuestra vida social, política y educativa.

En particular analizo algunos apartes de la política institucional de inclusión de la Universidad Surcolombiana y sus conceptos fundamentales: interseccionalidad, educación inclusiva, inclusión social, grupos poblacionales de especial protección, atención a la diversidad y justicia social, a la luz de algunas teorías como la de Kimberlê Crenshaw (Crenshaw, 1989), Mara Viveros (Viveros Vigoya, 2016), Marcelo Paixão (Paixão, 2009); acuerdos y resoluciones internas de la Universidad y experiencias de algunos actores; con el fin de mostrar posturas excluyentes e inequidades contenidas en la política, y, sugerir algunas alternativas de mejoramiento a partir de los aprendizajes sobre el abordaje de lo que he denominado temas pendientes para la formación de profesores a partir de los presupuestos de las Doctoras Nilma Gomes y Rita Segato.

En el mencionado Acuerdo se presentan otras consideraciones como “el reconocimiento de la otredad y la materialización de procesos que comprendan la diversidad de cada uno de los integrantes de la comunidad universitaria”, y considera que estos aspectos son fundamentales para trascender de la exclusión sistemática actual a la inclusión de actores sociales históricamente marginados o discriminados, a los cuales la sociedad, a través del aparato educativo en general y en particular la Universidad, debe garantizarles el acceso y el derecho a la educación de manera efectiva y de calidad.

La teoría crítica de la raza es un marco teórico acuñado por Kimberlê Crenshaw a finales de los años 80. Este marco se enfoca a la enseñanza de la historia y las ciencias sociales con el objetivo de identificar los aspectos que pudieron estar marcados por la raza y la discriminación racial y posteriormente con otras intersecciones como el género y la clase social.

De acuerdo con Mara Viveros, si bien es cierto que el concepto de interseccionalidad fue acuñado por Kimberlé, su intencionalidad en el marco del caso concreto de las trabajadoras negras de la compañía estadounidense General Motors fue mostrar que ellas estaban expuestas a múltiples violencias y discriminaciones por razones tanto de raza como de género, buscando crear categorías jurídicas concretas para enfrentar estas discriminaciones en múltiples y variados niveles (Viveros Vigoya, 2016). En ese sentido su objetivo fue el de objetar el aislamiento y jerarquización de los grandes ejes de diferenciación social, creando un concepto de uso práctico para analizar omisiones jurídicas y desigualdades concretas.

De acuerdo con lo anterior, una política de inclusión interseccional implica que la Universidad Surcolombiana: Identifique los diferentes factores de discriminación a que están expuestos los estudiantes que provienen de zonas rurales, comunidades indígenas, comunidades Negras, Afrodescendientes, Raizales y Palenqueras, desplazados, reinsertados y que no cuentan con los conocimientos y capacidades iguales a aquellos que provienen de las zonas urbanas o urbano rurales.

De acuerdo con Viveros, fue Ange Marie Hancok (Hancock, 2007) quien propuso formalizar este paradigma, entendiéndolo como un conjunto que engloba a la vez teoría normativa e investigación empírica. Para tal objeto, Hancock identifica seis presupuestos básicos en aras de responder a problemáticas de justicia distributiva, de poder y gobierno, y de analizar situaciones concretas y específicas:

(1) En todos los problemas y procesos políticos complejos está implicada más de una categoría de diferencia. (2) Se debe prestar atención a todas las categorías pertinentes, pero las relaciones entre categorías son variables y continúan siendo una pregunta empírica abierta. (3) Cada categoría es diversa internamente. (4) Las categorías de diferencia son conceptualizadas como producciones dinámicas de factores individuales e institucionales, que son cuestionados e impuestos en ambos niveles. (5) Una investigación interseccional examina las categorías a varios niveles de análisis e interroga las interacciones entre estos. (6) La interseccionalidad como paradigma requiere desarrollos tanto teóricos como empíricos.

En general, esto implica que la Universidad debe lograr que las políticas de conocimiento dignifiquen las contribuciones de las poblaciones minoritarias en el ámbito de las letras, la cultura, el conocimiento científico y social, lo que de acuerdo con Jurgo Torres se convierte en un acto de justicia curricular (Torres Santome, 2019).

Por otra parte, y de acuerdo con Paixão (2009), es muy importante que en el marco de una política de inclusión la Universidad adecue sus criterios de admisión estudiantil y de contratación de personal docente, administrativo y de servicio a los resultados de estudios demográficos. En la misma Institución, por ejemplo, pese a que se habla de oportunidades de acceso universal, en el caso de los cupos por regímenes especiales (CA, 2016) la Universidad otorga un (1) cupo por estricto puntaje ponderado, en cada uno de los Programas de Pregrado ofrecidos, a los aspirantes que provengan de: Comunidades Indígenas, Reinsertados de los Procesos de Paz, Comunidades Negras y Desplazados por la Violencia; sin tener en cuenta la cifra de graduados de las IE, negando con ello al 80% de los egresados de las IE que pertenecen a esas minorías, la posibilidad inmediata de ingresar a la Universidad.

De otra parte, para los que logran ingresar, la Universidad no cuenta con planes claros de seguimiento, permanencia, graduación, inserción laboral y retorno.

En relación con la Politica de Inclusión y sus estrategias de implementación, es importante que la Universidad tenga en cuenta a los actores tanto internos como externos, en términos de generar acciones afirmativas que reconozcan a los grupos minoritarios como productores de saberes y de conocimientos y que posibiliten el ajuste de los planes de estudio que visibilicen la equidad curricular, la redistribución de los recursos, la creación de programas de etnoeducación y el diálogo constante y la producción de saber sobre raza, género, y clase social.

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