En Colombia, mujeres como Carolina Ramírez, Isis Tijaro, Fallon De Loto, entre otras, han impulsado propuestas políticas a través de la movilización educativa, artística y académica, promoviendo espacios para el intercambio de saberes en pro de la construcción de procesos que permitan el acompañamiento asertivo con las niñas, mujeres y personas menstruantes, con relación a la educación menstrual y la educación sexual integral.

Por: SanFlu
Además, existen otras iniciativas que han puesto la menstruación en la agenda política, como la campaña “Menstruación Libre de Impuestos” creada por el Grupo Género y Justicia Económica. El objetivo de esta campaña era eliminar el impuesto discriminatorio del IVA a los productos de cuidado menstrual, y logró reducirlo en un 5% en 2016 y eliminarlo por completo en 2018. Otras iniciativas incluyen el proyecto de ley que garantiza la entrega gratuita de artículos de higiene menstrual a las mujeres privadas de la libertad, sancionado en la Ley 2261 de 2022, y la Sentencia T-398 de 2019 de la Corte Constitucional, que obliga al Distrito Capital a brindar cuidado menstrual a las mujeres en condición de habitante de calle. Estas acciones representan un avance significativo, para la construcción de un movimiento nacional que descentralice estas luchas a nivel regional, enfocado en la salud menstrual mediante el posicionamiento de los derechos menstruales.
Por otro lado, en Neiva, desde nuestras experiencias compartidas, encontramos sentimientos de culpa y vergüenza causados por comentarios machistas tanto en el ámbito público (el colegio, la universidad, el trabajo, etc.) como en el privado (familia, pareja, amigos) donde se refuerzan prejuicios alrededor de la sangre menstrual, como “castigo divino”, impura, tóxica, dolorosa, y en consecuencia, la higienización de nuestros cuerpos, promovido por la industria de productos para el “cuidado femenino”, en perjuicio de nuestra salud menstrual. Sumado a esto, la pobreza menstrual que conlleva a la imposibilidad de acceder a productos menstruales, saneamiento básico, espacios adecuados e información para gestionar la menstruación y, por ende, a la desigualdad, ya que estas situaciones nos dejan en desventaja a las niñas, mujeres y personas menstruantes.

Como resultado de estas preocupaciones, e inspiradas en los trabajos colectivos que se han venido gestando, decidimos crear SanFlu: Sangre menstrual y Fluidos vaginales. SanFlu es un proyecto autosostenible, cuyo objetivo es visibilizar los derechos menstruales en defensa del bienestar de niñas, mujeres y personas menstruantes, en la periferia del municipio de Neiva, a través de la educación menstrual, con la que se busca la resignificación de las tradiciones acerca de la menstruación. De igual modo, al ser autosostenible, dona y comercializa toallas higiénicas reutilizables como una manera de financiarse y brindar una alternativa más sostenible, sana y económica para la gestión menstrual.
Aprendiendo y desaprendiendo desde nuestras reflexiones, hemos podido habitar la consigna MENSTRUAR ES POLÍTICO. Como politólogas y politólogos concebimos que la base de la transformación es colectivizar y politizar las problemáticas que atraviesan nuestros cuerpos y sus efectos en la vida política, social y económica.

Por esta razón, pensamos metodologías para la realización de talleres y diálogos, enfocadas en compartir experiencias donde podamos descifrar y cuestionar las narrativas que coaccionan nuestras menstruaciones; informar de forma asertiva, precisa y libre de sesgos de género; y resignificar narrativas con el propósito de crear nuevas formas de relacionarnos con nuestros cuerpos, fuera del tabú y los estigmas. Es así como a través de la reflexión política y social, se develan las formas de control ejercidas a través de la menstruación por medio de los discursos patriarcales y se exhorta a la emancipación desde el reconocimiento de los individuos como iguales.
Así pues, hemos realizado actividades de donación y espacios de reflexión en la comuna 10, en el barrio Las Palmas, en las Instituciones Educativas Humberto Tafur Charry, y, Enrique Olaya Herrera; en la Comuna 9 con el asentamiento Brisas del Venado, en la Casa Empoderadora de la Mujer (Secretaría de la Mujer, Infancia y Adolescencia de Neiva); y por último con las mujeres privadas de la libertad del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (INPEC) de Rivera-Huila. Como parte de lo aprendido, nos encontramos con la necesidad de reivindicar los derechos menstruales, a razón de las múltiples violaciones a la dignidad humana en función de la salud menstrual, desde la necesidad de productos para el cuidado menstrual, de saneamiento básico, de espacios seguros, de educación menstrual y educación sexual hasta garantías reales desde el Gobierno Nacional.
Finalmente, Sanflu seguirá apostando a la emancipación de las menstruaciones a través de la educación menstrual, procurando nuevos relacionamientos con nuestros cuerpos y con la comunidad, fuera de las lógicas académicas, de sus jerarquías, de su lenguaje, de su centralización del conocimiento y de su “validez epistemológica”; para acercarnos a los territorios como iguales, desde la comprensión y el cuidado de la vida del ser humano, de la naturaleza y de la sociedad.