Por: Cristian Williams, Estudiante de Comunicación Social y Periodismo.
Muchas personas en el mundo siguen un deporte como el fútbol. Este mueve miles de millones de euros solo en compras de jugadores, algo que puede parecer absurdo pero que desde el sistema capitalista tiene total lógica. Las expresiones motrices deportivas y lúdicas, en un escenario distinto al mercantil, contribuyen de manera positiva en la construcción del tejido social de una población a través de manifestaciones tanto individuales como colectivas, lo cual conlleva a un cambio positivo en las dinámicas geopolíticas de sectores considerados prioritarios para intervenir, en especial en América Latina. Dicha premisa constituye el punto de partida del libro “Expresiones Motrices Deportivas y Lúdicas: Constructoras de Paz y Convivencia”, publicado recientemente por la Editorial Universidad Surcolombina y escrito por Pablo Emilio Bahamón, Juan Carlos Cuellar Santos, y, Éibar Fernando Vargas Polanía, docentes del programa en Educación Física, de la misma Institución.
Este país no ha sido ajeno a contextos históricos de guerras, mucho menos el departamento del Huila; el conflicto político social y armado es el mayor exponente de ello. La fragmentación que este ha generado ha marcado huellas en las relaciones de los distintos actores sociales de una población específica. La conciencia de este contexto, y la certeza de que el deporte constituye en una herramienta liberadora, motivó la investigación denominada “Expresiones Motrices Deportivas y Lúdicas: Constructoras de Paz y Convivencia”, en el año 2021, la cual plantea en su contenido el sentir humano-comunidad de las expresiones motrices como manifestaciones humanas que reafirma tejidos sociales.
Estrechar Lazos
El libro de 128 páginas, “Expresiones Motrices Deportivas y Lúdicas: Constructoras de Paz y Convivencia”, desarrollado en tres capítulos, permite a docentes, pedagogos, facilitadores, administrativos y demás actores de la academia empoderarse de una idea: el deporte con sentido social genera un cambio positivo en las dinámicas educativas, ya que “estamos ante una educación diferente que utiliza o ve manifestaciones que emergen desde la persona-comunidad, de las cuales se construye un mundo mejor, con la participación de cada uno” (prólogo, pág. 12)
En el primer capítulo los autores plantean una introspección sobre el contexto de guerras que ha sufrido el país y las maneras en que este fenómeno social ha marcado la vida de muchas generaciones de personas. De esta manera, se llega a las expresiones motrices como una muy buena manera de estrechar lazos sociales entre actores de una determinada población. De igual forma, “se hace alusión a la época de la violencia, a los diferentes intentos de paz llevados a cargo a lo largo de la historia, a la firma del Acuerdo de Paz entre el gobierno de Juan Manuel Santos y las FARC-EP, y los efectos que se están viviendo en la actual etapa conocida como pos-acuerdo”, según lo plasmado en la presentación.
El componente metodológico, situado en el segundo apartado, expone las bases investigativas del proyecto que guiaron el trabajo de campo del mismo. En sí, “se expone el enfoque metodológico, el tipo de investigación, los sujetos vivenciales, las categorías de análisis, las técnicas de recolección de información utilizadas y los aspectos éticos de la investigación” (presentación, pág. 16).
Uno de los facilitadores y coautores de la obra, el licenciado en Educación Física Recreación y Deportes, magíster en Educación y Desarrollo Humano por la Universidad Externado de Colombia, Pablo Emilio Bahamón, afirmó sentirse satisfecho con lo realizado, “resulta satisfactorio poder verificar y corroborar que cuando los espacios y escenarios de los barrios y comunas de la ciudad desarrollan actividades lúdico-recreativas, fundadas en las expresiones motrices, y estas se ven reflejadas y apropiadas por los habitantes, niños, jóvenes y adultos, sus imaginarios y concepciones dan un giro positivo que merece un punto de atención importante”, resaltó Bahamón, quien llevó a cabo esta investigación con Juan Carlos Cuellar Santos, quien también es licenciado en Educación Física de la USCO y docente catedrático de la misma, junto con el Magíster en Educación Física Éibar Fernando Vargas Polanía.
“Se hace camino al andar”
El tercer apartado del libro, “se realizó sobre los diferentes componentes de la paz y su relación con las experiencias significativas de la investigación, de cara a un proceso de empoderamiento de las comunidades” (presentación, pág. 16).
La Comuna Seis, una de las más estigmatizadas de la Ciudad, empezó un camino hacia la construcción de tejido social al ser partícipe de esta investigación, puesto que al materializarse queda por sentado la participación de todos los actores sociales, en especial la de niños niñas y adolescentes. Lo anterior permite resaltar que “el gran aporte (de esta obra) es que los académicos y/o educadores físicos se den cuenta que hay otra manera de cómo proyectar la motricidad humana y la educación física con los sectores vulnerables que tanto necesitan del deporte comunitario para construir paz y convivencia y mejorar el buen vivir”, aseguró el docente Pablo Emilio Bahamón.